← Back Published on

La cruda realidad de Chirbes

Rafael Chirbes es desde hace ya varios años un escritor consagrado. Pero, ¿cómo hacer una crítica de un crítico? ¿cómo hablar de un autor finalista del Premio Herralde, galardonado con el Premio SWR-Bestenliste, Premio Dulce Chacón o dos veces ganador del Premio Nacional de la Crítica? Eso, sin olvidar su reciente Premio Nacional de Narrativa. Porque con su octava novela, “En la orilla”, Chirbes ha vuelto a encandilar al gran público.

“En la orilla” el autor valenciano nos traslada a la localidad ficticia de Olba. Una ciudad minada por la crisis, reflejo de la España actual donde sus personajes entrelazan historias conmovedoras y extremadamente realistas. Y es que el recorrido por las calles de Olba a lo largo de las más de 400 páginas de la novela parece un laberinto, un laberinto perfectamente construido.

Sin duda, el mayor acierto de Rafael Chirbes es haber mantenido en las diferentes historias una visión crítica de la sociedad, retratando a unos personajes cansados, sin esperanza y débiles ante situaciones tan delicadas como son las drogas, la prostitución, vicios de todo tipo o la búsqueda de dinero fácil.

Personajes corruptos, expertos en el arte del engaño, con monólogos precisos y tan acertados que transmiten a la perfección las miserias del ser humano. Es tal la dureza y la crueldad con la que está escrito el libro que el lector parece darse de bruces con una realidad implantada que se acerca, más de lo que en un principio creemos, a la realidad que nuestro país está padeciendo.

Es de alabar, la valentía demostrada por Chirbes en esta obra, el tono realista y crudo que le impone a la historia, mezclando descripción y reflexión casi sin darnos cuenta. Pero también es cierto que “En la orilla” es un libro que requiere la mayor atención posible por parte del lector.

El Premio Nacional de Narrativa 2014 se divide en tres partes: el hallazgo, la localización de exteriores y el éxodo. Tres partes muy bien marcadas pero sin capítulos, una elección muy llamativa teniendo en cuenta la cantidad de narradores que nos propone Chirbes. Posiblemente, el autor haya querido reflejar de esta manera el lío, el descontrol de esta sociedad y de sus propios personajes, pero en ocasiones esto puede llegar a complicar un poco la lectura.

Pero es que Chirbes no ha escrito un libro sencillo. “En la orilla” no es una historia con una trama al uso, no utiliza personajes con valores, no es lineal en el tiempo y no hay un vínculo propiamente dicho entre todos los personajes. Recuerda en algunos aspectos a libros de la talla de “Cinco horas con Mario” de Miguel Delibes porque aunque haya libros que pueden ser más divertidos o incluso más entretenidos, hay otros que tienen más valor por su trasfondo, por lo que hace reflexionar al lector.

En definitiva, una lectura compleja, reflexiva, realista y en la que Chirbes demuestra un control absoluto del lenguaje y del conocimiento profundo de sus personajes que hace que cada palabra, cada espacio y cada falta de capítulo quede perfectamente conjuntado.